En el marco del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2025, las mujeres se congregaron en Silao, Guanajuato, para participar en la marcha 8M, alzando la voz contra la violencia de género y en defensa de sus derechos.
Uno de los momentos más polémicos de la jornada ocurrió frente a las instalaciones de la Universidad de Guanajuato (UG) en Silao. Allí, un grupo de manifestantes realizó pintas en las fachadas, denunciando públicamente a presuntos acosadores y señalando a la institución por, según ellas, encubrir estos comportamientos. Las consignas incluyeron acusaciones directas hacia algunos profesores, tildándolos de violadores y exigiendo acciones contundentes por parte de las autoridades universitarias.
Estas acciones generaron un intenso debate en la comunidad. Mientras algunos respaldan las denuncias como una forma legítima de visibilizar y confrontar la violencia de género en entornos académicos, otros critican las pintas por considerarlas actos vandálicos que dañan el patrimonio público.
Por su parte, la Universidad de Guanajuato había convocado al “Encuentro de Mujeres Universitarias” el 6 de marzo, como parte de su agenda para conmemorar el 8M, buscando promover espacios de reflexión y diálogo sobre el papel de las mujeres en la academia. Sin embargo, las denuncias realizadas durante la marcha evidencian una brecha entre las iniciativas institucionales y las demandas de las estudiantes y colectivas feministas.
Este episodio en Silao refleja una problemática más amplia en el estado de Guanajuato, donde diversas marchas del 8M han puesto de manifiesto la exigencia de justicia y equidad de género, así como un alto a la violencia contra las mujeres. La controversia en torno a las pintas en la UG subraya la urgencia de abordar de manera efectiva las denuncias de acoso y violencia de género en las instituciones educativas, garantizando espacios seguros y libres de violencia para todas las mujeres.
