
Silao, Gto. – La presidenta municipal Melanie Murillo ha quedado exhibida como lo que tanto criticó: una gobernante que despilfarra recursos públicos mientras vende una imagen falsa de eficiencia. Su administración está pagando $95,459.52 pesos mensuales por una oficina en el edificio G100 del Puerto Interior, un gasto innecesario y ofensivo que se traduce en $1,145,514.24 pesos anuales, y que alcanzará la escandalosa cifra de $3,436,542.72 pesos al finalizar el trienio.
La oficina, que ha estado en uso desde administraciones anteriores, es un gasto innecesario ya que espacios sobran en las antiguas instalaciones de la feria o en la misma presidencia. Hoy, ya en el poder, Melanie no solo los mantiene: los justifica y los paga con gusto.
Y mientras millones de pesos se van en rentas de lujo, el personal de distintas áreas del gobierno municipal trabaja con sueldos bajos y condiciones mínimas. Ese dinero podría destinarse a dignificar el trabajo de quienes realmente sostienen la administración pública. Pero Melanie tiene otras prioridades.
Lejos de la realidad del municipio, Murillo parece más ocupada en curar su imagen pública, tomarse selfies y aparecer bien en redes sociales, que en gobernar con seriedad. Su obsesión por figurar ha sustituido la responsabilidad con la que debería estar conduciendo los destinos de Silao.
Lo que prometía ser una administración diferente, hoy repite las peores prácticas del pasado. Melanie Murillo le ha dado la espalda a los silaoenses, priorizando la vanidad y el derroche sobre las verdaderas necesidades del municipio.
Silao no necesita una influencer en la presidencia, necesita una verdadera líder.